Torre de babel o zigurat
Desde pequeños nos han enseñado que en el relato bíblico
de la torre de Babel se hablaba de una división de lenguas o idiomas. En el
relato bíblico de la torre de babel, todo el mundo hablaba una misma lengua y
empleaba las mismas palabras. Y cuando los hombres emigraron desde Oriente,
encontraron una llanura en la región de Sinear y se establecieron allí. Entonces
se dijeron unos a otros: "¡Vamos! Fabriquemos ladrillos y pongámoslos a
cocer al fuego". Y usaron ladrillos en lugar de piedra, y el asfalto les
sirvió de mezcla. Después dijeron: "Edifiquemos una ciudad, y también una
torre cuya cúspide llegue hasta el cielo, para perpetuar nuestro nombre y no dispersarnos por toda la tierra".
Con esto los hombres querían demostrar su poder, sus conquistas, su propio
imperio, a lo que ellos le llamarían zigurat que es una especie de templo para
adorar a sus dioses.
Pero el Señor Dios se
sintió celoso e impidió la realización de la obra arquitectónica y bajó a ver
la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo y dijo: "Si esta
es la primera obra que realizan, nada de lo que se propongan hacer les
resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y todos hablen la misma
lengua. Al parecer su propósito era limitar el poder y el ingenio del hombre que
sabían organizase para conseguir lo que querían y según ellos necesitaban un
templo o zigurat para poder adorar a sus dioses. Dios bajo entonces, y una vez allí, confundió sus
lenguas, para que ya no se entiendan unos a otros". Así el Señor los
dispersó de aquel lugar, diseminándolos por toda la tierra, y ellos dejaron de
construir la ciudad. Por eso se llamó Babel: allí, en efecto, el Señor
confundió la lengua de los hombres y los dispersó por toda la tierra.
Lo que se expresa en
este texto bíblico es que se confundieron las lenguas, quizá para explicar los
distintos idiomas que se hablan en el mundo, pero para ello es una explicación
muy limitada. Pero lo que si tiene mucha similitud es la construcción de una
torre de babel con los zigurat, En el Medio Oriente, Mesopotamia y la región
norte se distinguieron por ser regiones generadora de Imperios. Asiria,
Babilonia. Estos dos últimos estuvieron particularmente ligados a la historia y
destrucción de Israel en el Antiguo Testamento. Y asirios conquistaron a los israelitas estos
fueron a vivir en babilonia y tomaron anotaciones de lo que sucedía e hicieron
suya la historia, por lo tanto se puede decir que la torre de babel con los
zigurat son lo mismo. Y el objetivo era que la torre se observara por las
naciones vecinas para demostrar un poderoso imperio
Las inscripciones
arqueológicas que dejaron estos imperios nos recuerdan, a través de listas
interminables de naciones, la efectividad de sus conquistas, señalando con
detalles cómo sus víctimas eran mutiladas, degolladas y sacrificadas a sus
dioses. Estas inscripciones eran acompañadas de estatuas y de dibujos en
relieve y colocadas en monumentos. Entre estos monumentos sobresalieron en
Mesopotamia las famosas torres o “Zigurats o babel”, obras gigantescas que
reflejaban el poder dominador de sus autores. El poder siempre ha manejado
símbolos a través de los cuales tratan de expresar, sin contemplaciones, su
fuerza absoluta.
La parte final del
monumento terminaba en un santuario de unos 15 m de altura. En este santuario
no se encontraba ninguna imagen cultual; era una cámara nupcial muy íntima para
Dios, quien descendía en alas del viento, para procurar vida y fecundidad. Este
tipo de monumentos era la expresión simbólica del poder de un imperio. Por eso,
cada nueva dinastía lo destruía y al mismo tiempo lo reconstruía, marcándolo
con su nombre y con sus propios datos de conquista.
El zigurat estaba
normalmente dedicado al dios a quien “pertenecía” la ciudad: en Ur el dios
lunar Nannar; en Eridu el dios de las aguas, Enki; y en Nippur el dios de las
tormentas. Eran politeístas, creían en muchos dioses. Pero no solo para adorar
a sus dioses serviría el zigurat sino más bien con fines políticos y económicos.
El hombre siempre ha
querido demostrar su poder y su estabilidad económica concentrada en las
grandes urbes, construyendo edificios majestuosos, rascacielos, torres más
elevadas que lo que pudo haber sido la torre de babel o zigurat y no se ha
seguido dividiendo las lenguas o idiomas y se han podido concluir esos
proyectos que casi tocan el cielo y Dios no ha impedido su realización. Lo se
creer que las historias no tienen tanta veracidad porque si Dios impidió a los
babilónicos, la realización de la torre o su zigurat, porque estos serían
imparables y no habría imposible para ellos, esto no puede ser posible. La
misma biblia dice que Dios creo al hombre a su imagen y semejanza no puede
limitarlo, impidiéndole desarrollarse plenamente en todas las artes, como la
arquitectura que se ve destacada en este relato bíblico.
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