jueves, 23 de agosto de 2012


 Torre de babel o zigurat


Desde pequeños nos han enseñado que en el relato bíblico de la torre de Babel se hablaba de una división de lenguas o idiomas. En el relato bíblico de la torre de babel, todo el mundo hablaba una misma lengua y empleaba las mismas palabras. Y cuando los hombres emigraron desde Oriente, encontraron una llanura en la región de Sinear y se establecieron allí. Entonces se dijeron unos a otros: "¡Vamos! Fabriquemos ladrillos y pongámoslos a cocer al fuego". Y usaron ladrillos en lugar de piedra, y el asfalto les sirvió de mezcla. Después dijeron: "Edifiquemos una ciudad, y también una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo, para perpetuar nuestro nombre  y no dispersarnos por toda la tierra". Con esto los hombres querían demostrar su poder, sus conquistas, su propio imperio, a lo que ellos le llamarían zigurat que es una especie de templo para adorar a sus dioses.

Pero el Señor Dios se sintió celoso e impidió la realización de la obra arquitectónica y bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo y dijo: "Si esta es la primera obra que realizan, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y todos hablen la misma lengua. Al parecer su propósito era limitar el poder y el ingenio del hombre que sabían organizase para conseguir lo que querían y según ellos necesitaban un templo o zigurat para poder adorar a sus dioses. Dios  bajo entonces, y una vez allí, confundió sus lenguas, para que ya no se entiendan unos a otros". Así el Señor los dispersó de aquel lugar, diseminándolos por toda la tierra, y ellos dejaron de construir la ciudad. Por eso se llamó Babel: allí, en efecto, el Señor confundió la lengua de los hombres y los dispersó por toda la tierra.

Lo que se expresa en este texto bíblico es que se confundieron las lenguas, quizá para explicar los distintos idiomas que se hablan en el mundo, pero para ello es una explicación muy limitada. Pero lo que si tiene mucha similitud es la construcción de una torre de babel con los zigurat, En el Medio Oriente, Mesopotamia y la región norte se distinguieron por ser regiones generadora de Imperios. Asiria, Babilonia. Estos dos últimos estuvieron particularmente ligados a la historia y destrucción de Israel en el Antiguo Testamento. Y  asirios conquistaron a los israelitas estos fueron a vivir en babilonia y tomaron anotaciones de lo que sucedía e hicieron suya la historia, por lo tanto se puede decir que la torre de babel con los zigurat son lo mismo. Y el objetivo era que la torre se observara por las naciones vecinas para demostrar un poderoso imperio

Las inscripciones arqueológicas que dejaron estos imperios nos recuerdan, a través de listas interminables de naciones, la efectividad de sus conquistas, señalando con detalles cómo sus víctimas eran mutiladas, degolladas y sacrificadas a sus dioses. Estas inscripciones eran acompañadas de estatuas y de dibujos en relieve y colocadas en monumentos. Entre estos monumentos sobresalieron en Mesopotamia las famosas torres o “Zigurats o babel”, obras gigantescas que reflejaban el poder dominador de sus autores. El poder siempre ha manejado símbolos a través de los cuales tratan de expresar, sin contemplaciones, su fuerza absoluta.

La parte final del monumento terminaba en un santuario de unos 15 m de altura. En este santuario no se encontraba ninguna imagen cultual; era una cámara nupcial muy íntima para Dios, quien descendía en alas del viento, para procurar vida y fecundidad. Este tipo de monumentos era la expresión simbólica del poder de un imperio. Por eso, cada nueva dinastía lo destruía y al mismo tiempo lo reconstruía, marcándolo con su nombre y con sus propios datos de conquista.

El zigurat estaba normalmente dedicado al dios a quien “pertenecía” la ciudad: en Ur el dios lunar Nannar; en Eridu el dios de las aguas, Enki; y en Nippur el dios de las tormentas. Eran politeístas, creían en muchos dioses. Pero no solo para adorar a sus dioses serviría el zigurat sino más bien con fines políticos y económicos.
El hombre siempre ha querido demostrar su poder y su estabilidad económica concentrada en las grandes urbes, construyendo edificios majestuosos, rascacielos, torres más elevadas que lo que pudo haber sido la torre de babel o zigurat y no se ha seguido dividiendo las lenguas o idiomas y se han podido concluir esos proyectos que casi tocan el cielo y Dios no ha impedido su realización. Lo se creer que las historias no tienen tanta veracidad porque si Dios impidió a los babilónicos, la realización de la torre o su zigurat, porque estos serían imparables y no habría imposible para ellos, esto no puede ser posible. La misma biblia dice que Dios creo al hombre a su imagen y semejanza no puede limitarlo, impidiéndole desarrollarse plenamente en todas las artes, como la arquitectura que se ve destacada en este relato bíblico.



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